Tarde sin tiempo







"ella se desnuda en el paraíso
de su memoria."
Alejandra Pizarnik


Busco el silencio. Busco la luz. Busco un espejo. Busco el resplandor de mi alma. Beso las huellas que han dejado mis pies. Me abrazo. Me acurruco. Me susurro acordes sin tiempo al oído. Me palpo. Existo. Vivo, respiro. El mundo también existe. El mundo transcurre ajeno, sin tocarme. La música, el silencio. Tengo un hueco en el estómago, el pasado en tiempo presente me besa los labios.
La tristeza desciende de golpe, son las cuatro. Pero no es tristeza, es sólo eso, la hora, las cuatro de la tarde. La noche llegó temprano.
Me levanto. Cuelgo recuerdos en el tendedero. Observo, no hay nadie. La casa vacía, como mi propia casa, también vacía. No existen palabras, por eso no hablo, no miento. El silencio absoluto lo dice todo sin decir nada. Afuera la vida. Pero la vida no duele, la vida no ríe, la vida permanece estática como la fotografía de mi tío en la mesa de espera junto al teléfono al que nadie llama, nadie nunca llama.


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